This past week we saw two very different marches in DC – there was also an important demonstration in Richmond vs. the liberal state elected officials who would like to limit one’s ability to defend oneself and one’s family.
The two marches in DC could not be more different. The Women’s March is only in its fourth year. In its first year, following President Trump’s election, it boasted hundreds of thousands. It was a few thousand this year.
The March for Life is in its 47th year. It has seen a steady increase of participants. In recent years it has seen hundreds of thousands – except the blizzard a few years ago which stranded buses for 36 hours on the PA Turnpike.
I took a look at the two opposing websites. It is said that a picture is worth a thousand words. The Women’s March shows signs that you would need to cover your own eyes, much less your kids’ eyes! I also see grown women. I do not see families. I do not see children. I do not see many smiles.
The Women’s March is committed to ‘dismantling systems of oppression through nonviolent resistance and building inclusive structures guided by self-determination, dignity and respect.’ It is also stands for ‘open access to safe, legal, affordable abortion and birth control for all people, regardless of income, location or education.’ There is also a statement to affirm LGBTQIA rights as human rights.
I guess we know why there is no mention of Christianity or Catholicism.
(There are many –I dare say majority – in our state legislature and government who would agree with many of the above statements. Take a look at the sub-committees’ bills on these and related topics. Scary.)
Contrast the March for Life website. I see the vast majority of signs that anyone can read/look at. I also see families – husbands and wives, fathers and mothers, sons and daughters. I also see an incredible amount of youth – especially teens and college age. I also see many, many smiles. It has been my experience since I attended my first March for Life in 1982.
The March for Life’s mission statement is simple: ‘We promote the beauty and dignity of every human life by working to end abortion – uniting, educating, and mobilizing pro-life people in the public square.’
Our Lord says, ‘The Truth will set you free.’ Living and speaking the Truth will bring each person fulfillment and joy rather than emptiness and sadness. The March for Life, indeed the whole quest for the end to abortion, is an attempt to truly set free the unborn – male and female, mothers and fathers in difficult pregnancy situations, as well as those who live with the pain of being post-abortive.
God bless
FRVW
A lo mejor hay algunos en nuestra parroquia que recuerdan las palabras del presidente Franklin D. Roosevelt a la nación el 18 de diciembre de 1941. Después del bombardeo de los japoneses a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 en el que 2,400 estadounidenses murieron, el presidente dijo que era ‘una fecha que iba a vivir en la infamia’. Las mismas palabras pueden ser usadas para el 11-9-2001 en el cual alrededor de 3,000 estadounidenses perdieron la vida. Sin embargo, las palabras del presidente Roosevelt definitivamente caracterizan la fecha del 22-1-1973 en la cual millones de estadounidenses fueron sentenciados a muerte por nuestra propia Corte Suprema. La transcendental decisión de Roe contra Wade, legalizó el aborto en los Estados Unidos y puso en marcha un promedio de 1.2 millones de muertes infantiles por año. Ha habido 50 billones de bebés asesinados por el aborto desde el 22-1-1973. ¡El 22 de enero de 1973 es por seguro una fecha que va a vivir en la infamia!
Hay dos metas que cada católico debe tener en cuanto al aborto: trabajar para aliviar el aborto y ayudar a sanar a las madres que han tenido abortos. Dios es el Creador y Amante de la vida. Él también es el Dios de la Misericordia.
Una pregunta que Nuestro Señor le va a hacer a cada uno de nosotros cuando seamos juzgados es: “¿qué hiciste para salvar a los bebés no nacidos, para detener los abortos, y para ayudar a las madres que han tenido abortos, para ir a Mi Misericordia?” ¡Y nosotros no queremos estar sin la respuesta!
Hay tres actividades de las que podemos tomar parte para poder responder a la pregunta de Nuestro Señor: oración, penitencia y acción.
Oración: Es posible que hagamos una intención privada durante la Misa para la conversión de los doctores, políticos y padres de familia involucrados en el aborto. A lo mejor podemos ofrecer un Rosario en familia una vez a la semana para que nuestro país y el mundo se deshagan del flagelo del aborto. El 22 de enero, si no podemos asistir a la Marcha por la Vida, podemos hacer una Hora Santa en la iglesia.
Penitencia: Jesús dijo que algunos pecados solo se pueden vencer con oración Y penitencia. Él redimió al mundo a través del sufrimiento. ¿Qué puedo sacrificar este año, esta Cuaresma, cada semana, para la conversión de aquellos involucrados en el aborto? ¿Puedo ofrecer mis dolores diarios para deshacernos del flagelo del aborto en nuestra tierra y en el mundo?
Acción: ¡Jesús actuó para Redimir al mundo del pecado! Debemos hacer lo mismo para que el mundo se deshaga del aborto. Los hombres, especialmente, deben usar su espíritu masculino para defender a las mujeres y a los bebés no nacidos. Hemos permitido que otros luchen más fuerte que nosotros para tener éxito en el aborto. ¿Podemos apoyar a las madres embarazadas en crisis para tener a sus bebés? ¡¿Podemos demandar castidad y actividades puras de nuestros adolescentes y amigos? Podemos hacer un simple acto como el de caminar en las calles de la capital de nuestra nación para recordarle a nuestro país y a los legisladores que el aborto mata a niños inocentes y deja un cicatriz de por vida en las madres?!
Nuestra parroquia va a tener varios buses el 24 de enero para ir a la Marcha por la Vida. Los detalles están en el boletín. También vamos a tener un grupo de adolescentes y chaperones que vienen de Louisville, Kentucky que vienen a marchar en la Marcha por la Vida. Por favor consideren como pueden ustedes y sus familias pueden rezar, hacer penitencia y actuar para convertir corazones, llevar almas a la Misericordia de Dios y para ponerle fin al aborto en nuestra nación.
Oh Maria, Madre de los no nacidos, ora por nosotros.